J de juicio by Sue Grafton

J de juicio by Sue Grafton

autor:Sue Grafton [Grafton, Sue]
La lengua: spa
Format: epub, mobi
Tags: Novela, Intriga, Policial
editor: ePubLibre
publicado: 1993-01-01T05:00:00+00:00


15

Partí en dirección a Perdido al anochecer, después de la cena. Fue un viaje agradable, la luz tenía un color acaramelado que envolvía en láminas de oro las faldas montañosas orientadas al sur. Aún alcancé a ver surfistas en el agua al pasar por Rincon Point. Casi todos estaban sentados a horcajadas sobre las tablas, meciéndose al ritmo de la mareta sorda y charlando mientras esperaban, siempre optimistas, la aparición de una buena ola. Aunque el mar estaba más bien tranquilo, en el mapa del tiempo del periódico de la mañana había visto la presencia de un ciclón frente a la Baja California y se decía que la borrasca subía por la costa. Advertí entonces que el horizonte estaba perfilado por nubes negras, semejantes a un seto, que arrastraba hacia nosotros una oscuridad prematura. Rincon Point, con su rocoso saliente y sus bancos arenosos, parecía atraer la turbulencia atmosférica como un imán.

El nombre de Rincon Point deriva del español, ya que el tramo de costa en que se encontraba la punta abundaba en calas muy pequeñas, semejantes a rincones, que en ocasiones se adentraban hasta la carretera. Durante la pleamar, las olas remontan el dique y saltan formando una muralla blanca de agua impotente. A mi izquierda había campos de flores cultivadas en terrazas construidas sobre un terreno que se deslizaba poco a poco hacia el mar. El rojo encendido, el oro y el púrpura de las zinnias resplandecía a la media luz dominante como si estuvieran iluminadas desde abajo.

Eran las siete pasadas cuando dejé la 101 en Perdido Street. Dejé detrás el semáforo del cruce y recorrí Main Street hacia el norte, siguiendo un trayecto que atravesaba perpendicularmente los bulevares. Giré a la izquierda al llegar a Median y aparqué junto a la acera unas seis viviendas más allá. El Escarabajo amarillo de Michael estaba estacionado en el sendero del garaje. Las ventanas de la parte delantera de la casa estaban a oscuras, pero vi luces encendidas en la parte posterior, donde suponía que se encontraban la cocina y uno de los dos dormitorios.

Llamé a la puerta y esperé en el pequeño porche hasta que me abrió Michael. En vez de ropa de faena, llevaba ahora un mono de algodón lavado a la piedra, el típico uniforme que se ponen los fontaneros cuando se meten en esos zulos que hay debajo de las casas. Como había visto a Brian hacía muy poco, me chocó el parecido de ambos. Uno era rubio, moreno el otro, pero los dos habían heredado la boca provocativa y los delicados rasgos de Dana. Parece que Michael me esperaba, porque no manifestó ninguna sorpresa al verme.

—¿Puedo pasar?

—Desde luego. Pero la casa está patas arriba.

—No te preocupes —contesté.

Lo seguí hacia la parte trasera de la vivienda. La sala de estar y la cocina todavía estaban amuebladas con cajas de cartón abiertas pero prácticamente sin vaciar y de las que salían nubes de periódicos arrugados que llegaban hasta el suelo.

Michael y Juliet se habían refugiado en el



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.